sábado, 14 de agosto de 2010

EL PERFECTO DEL MONTÓN

Sigo siendo el perfecto del montón,
el que, sin quererlo, sigue ocultándose,
callándose las cosas hasta que llega su explosión.
No sabe más que escalar y procurar levantarse.

Sin mirar atrás sigue andando
con el cuerpo encogido para amortiguar los hachazos.
Que sigue creyendo en sus sueños,
lejano, oculto, guarda sus lamentos para sus noches de desvelo.

Cree que puede cambiar todo siendo fiel a si mismo,
fuerte en sus principios, débil en sus sentimientos.
No actúa solo piensa en su realidad y en ayudar a los demás.

Y cuando cree que es su momento
intenta sin éxito perder los complejos
solo fiarse d su intención y confiar en su tesón.
Pero al ver que la luz es tan superior a él se le nubla la razón.
Sin embargo lo sigue intentando porque solo en ella piensa
y cree que en ella puede encontrar lo que busca.

Intenta no perder la cabeza,
ya que si la pierde no encuentra forma de recogerla.
Sin darse cuenta miente en cada palabra,
sin darse cuenta con cada palabra hunde mas su alma

Cuando ve que ya la luz se ha perdido,
sigue persiguiendo, desconfiando de si mismo,
algún lugar donde agarrarse para no caer al vacío.
Pero cuando no lo encuentra y se encuentra hundido
y piensa que ya todo lo ha perdido, el intenta levantarse
ve todo vacío y en lo alto su momento perdido y se dice
he caído del todo vuelvo a ser NADA DE NADA.

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