lunes, 25 de noviembre de 2013

NADIE DIJO QUE FUERA A SER FÁCIL

Hay quien piensa
mientras dice que duerme y sueña
que esto de la vida es fácil
que esto de ganar al destino es fácil,
triste ignorante, que llora con un tímido adiós.

En Numancia todos sabían que Roma les aplastaría,
en Zamora todos sabían que la conquista estaba cantada.
Pero menina ahí está el secreto de está vida
en esa lucha a todo o nada por vencer,
continuamente, a un destino marcado.
Una lucha a minutos, a segundos, esa lucha que no cesa,
que dura una vida entera.
Tan insatisfactoria para el que gana, tan fácil de perder.
Solo apta para locos que enseguida se encajan la guerrera,
solo apta, niña de pelo al viento, para quien se desvive por el detalle.
Decidí luchar por ti, por el simple hecho de descifrar tu profunda mirada.

A pesar de las trabas de mi existencia,
del puto destino que nos persigue,
somos de esa resistencia clandestina
contra la dictadura de nuestro sino.
A pesar de la verdad mentirosa de la distancia.
Sin retos no hay latir para el que vive,
ni manos para el que escribe,
y menos para el que no duda en fijarse en ti.

Que si hay que saltar un paredón
musa de pelo azabache, lo salto en 2x4 para verte sonreír
mientras nos amamos en días marcados por nuestros labios
a ritmo de tango.

Habrá días, guapa, en los que nos joda el destino,
y querremos dejarnos la vida por calmar las ganas a solas.
Pero volveremos a vernos poco tiempo después,
la memoria es el mayor bunker contra el ataque del tiempo.

Aquí, en Madrid, nos amamos sin horarios
así es imposible echarse de menos,
por mucho que lo intentes.
Solo necesito que me prestes algunos sueños nuevos
que con tu cuerpo, tus ganas y tus besos,
has dejado sin hueco a los míos.

Y es que somos aquello que está en busca y captura
ese tipo de personas acostumbradas a querer sin pedir a cambio
acostumbradas al bien a pesar del corazón en pedazos.
Somos eso que aun estando acabados resiste
aquel elemento del mundo tan raro al que se le llama
Ser humano.


lunes, 18 de noviembre de 2013

A MI TIERRA

En la inmensa meseta castellana se alza entre montañas,
Entre el esqueleto de sus espadañas, una antigua y noble villa
que dio de su vientre conquistadores, guerrilleros, políticos
y cardenales-regentes.

Una tierra ejemplo de Castilla, parece muerta a lo lejos
pero tiene la vida más bonita entre sus calles.
Campos de trigo y avena que nacen en la planicie
y aguantan como el campesino todo lo que les cae.
Porque de ahí nacen los rudos que impusieron su lengua
de ahí nace la poesía de Machado,
de aquellos campos que parecen muertes, nace la inmortal Castilla.

En lo alto del río que atraviesa de norte a sur Madrid,
en la entrada al frío de la Sierra, maneja Torrelaguna su tierra.
Gobierna, a pesar de que no quiera, los pueblos más pobres
de la Castilla capitalina, los pueblos olvidados por la madre Madrid,
que oye, sin saber donde, el nombre de una villa perdida en el tiempo.
Una villa que como su vecina, no entrego nunca su reino
por pequeño que fuera,
costando, su indómita actitud, la marca y la exclusión de la élite central.
Añorando desde entonces una fama que España le dio y le quitó.

Tierra donde lucharon por la vida los guerrilleros contra el invasor,
donde casi muere el fantasma de El Empecinado,
uno de los inmortales que no pudo matar Napoleón.
De aquella guerra del pueblo nació el nombre de villa
que con el tiempo y el caciquismo se oxidó.

Tierra donde nació un Cardenal - Regente, todo un poderoso señor,
que escribió hasta una biblia y murió por una sardina
después de poder con todos, camino de dejar la corona.
Aquel Cardenal Cisneros que da su marca a la Universidad Complutense,
aquel gigante que no pudo con el tozudo torrelagunense,
dejando el pueblo para siempre, con ese amor-odio
característico del que nace por estos lares,
un lugar que odias, pero al que siempre con orgullo defiendes.

Tierra donde calló muerto Don Juan de Mena, un poeta,
que en una época de grandes se quedó pequeño,
y encontró con la caída de su jamelgo en esta plaza
un buen lugar para descansar hasta la eternidad,
entre las paredes de la insigne iglesia que marca el pasar,
de un pueblo que todavía no sabe como cambiar.
Ni le ayudan los que mandan, ni los que se dejan mandar.

Una tierra de esa Castilla del 98, donde todos quieren ser todo
una aldea con ínfulas de Diosa griega y realidades de podredumbre.
Un lugar donde nacen los valientes que tienen que marchar,
mientras se quedan los parásitos a aprovechar, el jugo del nombre
que aun los necios creen capital sin saber lo que queda
de una ciudad que fue mucho y arrastra sin fuerzas el peso de su pasado.

La villa de las dos mentiras dicen algunos
ni Torre ni Laguna a lo lejos.
Yo me quedo con la tierra de las dos metáforas
la Torre del pueblo que aguanta aunque lo quieran derribar,
la Laguna del saber que atesora este esqueleto de lo que fue.

Una tierra que pocos dirían que tiene más que historia,
una tierra para el que quiera de verdad creer en ella
una tierra dura hasta decir basta, una tierra a la que amar.
Mi tierra.


lunes, 11 de noviembre de 2013

ESTO NO ESTABA EN EL CONTRATO

Sabes que lo que me esta pidiendo el tiempo es una putada,
que tanto tu como yo sabemos que el karma nos debe una,
pero esto de escribirte por las noches antes de dormir, con la luz apagada,
esto no estaba cuando me dieron ese papel que asegura el futuro próximo.
no estaba ni en la letra pequeña del contrato para conocerte.

Y ahora derrepente me empiezo a plantear todo
empiezo a pensar en eso que ya se me había olvidado
y a no olvidar eso que tan poco había pensado.
Lo peor de todo es que tu no tienes la culpa.

Me pillas ya con los músculos de sentimientos oxidados,
más amarrados a los barrios malos que al calor de una piel fina,
tan cansados de pelear en baños sucios de discoteca de niñatos
que no saben actuar tomando un café en un Hard Rock.
Tienes que entender que los ojos color tierra ya no pasan sueltos
que ahora, con los tiempos que corren, las miradas van atadas a las manos

Por algo era tan escueto mi contrato, tan falto de seguridad,
piensa que de una cerveza en la barra de un antro
quieres que pase a llevarte los viernes en camisa por el lago
mientras te escribo en el escritorio de tu espalda cada domingo un soneto
de esos que acaban consonante para que el próximo sea más difícil.
Y esperas que pase de no temblar al tocar con una mano
a que escriba, a solas, un romance al tembleque de mis dientes al amarte.

Crees que nunca firmé otro parecido
que nací Quijote a lomos de mi caballo, con el corazón roto
y el sombrero deshilachado.
Equivocada estás creyendo que está poesía vino de cero
que aquí hay más dolores que amores
que uno no se hace duro sin tormentas que le curtan
que uno no se hace cabrón sin golpes de muchachas de pelo negro.
Ya me pincharon las ruedas muchas chicas por las que conté los kilómetros.

Y como siempre mi mente firmó por mi,
el otro día me sorprendí recopilando libros
poesía de Salinas, novelas de García Márquez,
libros de viajes largos, libros con misión de amor.
Canciones indie en el ipod, canciones para no mirar por la ventana,
música para no sentirme solo en el trayecto, para hacerlo corto.

Y ahora de repente empiezo a plantear como lo jodo todo,
que lo que escribo por ti se me escapa de las manos
y las manos se me escapan escribiendo por ti.
Lo peor de todo es que no es culpa mía.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

ALGUNA VEZ SI ME PONGO A ESCUCHAR

No muy a menudo, como lo de comer fruta,
no demasiadas veces me da por hacerlo de verdad,
lo admito, para mi es como un dulce relleno de crema.
Como un polvo de aquí te pillo aquí te mato,
que si te da por hacerlo siempre pierde la gracia.
Pero alguna vez me pongo a escuchar y lo gozo.

Quizá sea por mi penosa vida sexual, pero disfruto con eso de escuchar,
de escuchar como a las chicas que no dicen te quiero les tiembla la voz,
Oír el gemido de aquella chica nerviosa de la fila 43, 
que no sabe si llorar o mandar todo a la mierda.
Me encanta escuchar como una chica me da calabazas mientras bailamos
disfruto de escuchar como el portugués es un idioma precioso
mas si lo mezclamos con una sonrisa y unos ojos de película americana.
Me encanta escuchar como mi amigo me cuenta un secreto con una sonrisa
y me dice entre risas no sabría de nadie mejor a quien contárselo.

Hay gente que tiene miedo a escuchar.
Bueno, últimamente la gente tiene miedo de todo lo que merece la pena,
y digo gente porque la persona no rima con el miedo, 
ni aquí ni en el mundo real.
Mucha gente prefiere no saber como suena un beso en los labios,
o un pestañeo a 0,268 centímetros de tu pestañeo,
prefieren no saber como suena la democracia en voz del pueblo.
Hay gente que prefiere pensar que el mundo no suena a nada,
o que suena solo a ruido de ese que solo hace daño si quieres.

En esta vida hay tanto que escuchar,
como por ejemplo el primer llanto de un bebe al aparecer en el mundo,
el último chillido de su madre al dejar a ese niño a merced del mundo.
El grito al oído de una preciosa mujer de ojos negros, 
que liga contigo en una discoteca
la música de fondo que queda cuando te dice esa mujer de pelo negro 
que bailes con ella.
El gol cantado por un país que esta medio muerto 
y se aferra a los sueños.
La protesta carnal y argumentada de una juventud que quiere un futuro.
La voz de unos padres cuando descubren anonadados eso del skype
y se convierte en una aventura más que afrontar cuando te vas lejos.

La vida está llena de esos sonidos que nos marcan las historias,
como la primera vez que ves una peli de Disney 
y te quedas con su banda sonora,
o la trigesimosexta vez que ves el Señor de los Anillos 
y tarareas la música en bajito,
para no molestar a la persona con quien la ves, 
para no estropearla la primera vez.
Como ese primer día que escuchas a una de estas nuevas poetisas, 
y te enamoras de ella, 
cuando decides lanzarte a eso de recitar y a alguien le gusta.

Lo de escuchar es algo tan especial, 
necesitas más de la mitad de tu mente para hacerlo.
Es algo que puede hacer cambiar el mundo si se quiere
un pensamiento si se hace con ganas
y puede hacer cambiar a una persona si se convence.

Si nos ponemos a escucharnos mujer de sonrisa perenne
da igual lo lejos que estemos que nos querremos igual 
como si estuviéramos al lado
que tanto tu como yo sabemos de sobra 
y más cuando nos miramos
que no habríamos sido capaz de enamorarnos 
si nos hubiera dado por escucharnos.