PENSANDO

Cansado ya hasta de pensar,
Rumio las noches y digiero los días,
no entiendo la vida ni el mundo
y aun así navego, lucho.

Hablo de paz y de guerra, 
escribo y leo la prensa,
consumo, como todos, 
me adapto,
el hedonismo no me va, 
sigo caminando.

La gente se olvida de la vida, se marcha,
aplauden el pasotismo y la huida,
no somos más que suicidas, 
si nos vamos quien vivirá.
-¿Que es el mundo sin nadie que lo disfrute 
día a día?-

Salgo de noche, 
me mezclo con el supuesto placer.
Busco entre sombras, 
una luz que me ayude a crecer,
unos ojos despiertos, una mueca, 
una mirada profunda.

La vida no esta hecha para buscar,
es más de encontronazos.

Soy curioso por naturaleza
y Ulises por vocación.
Me encaro a la vida y suspiro,
me gusta mi Odisea.

No son problemas las barreras
confío, tengo fe en el hombre.
No son problemas los caminos
no temo a la perdida.

El mundo no es problema
pues el vivir da solución a cualquier destino.

DE LA LATINA A TRES OLIVOS

Como cada Jueves de nuevo la maleta,
una rutina, un ritual de hasta luego,
como dos amantes a tiempo parcial,
cada día, para mi, Madrid es más mujer.

Me pongo de nuevo a viajar,
al metro, no llego, 3 minutos, esperar.
De La Latina a Tres Olivos hay tiempo,
en concreto, 14 estaciones, un trasbordo.
Lineas verde y azul, tus ojos, que dura casualidad.

Y entonces me pongo a escribirte sin saberlo,
en parte te robo, te quito la esencia y te plasmo.
Veo ojos de lluvia vaciarse en Nuevos Ministerios
y otros llenos de peso montarse en Chamartín
me recuerdan a cuando me dejaste ocultarte la mirada
tan libres, tan profundos, olían tanto a cambiar.

Siguen pasando las paradas, dos minutos, carreras,
las miradas tras el sprint son claras
todos se dan cuenta de lo inútil y alienado que es,
es tan rara la vida que corres para poder pararte.

Una mujer mira el cuaderno interesada,
es mayor, ya sabe que no vale guardar las formas.
Una mirada, sigo escribiendo, la señora, cómplice, sonríe.
Ya se acerca mi estación la salida, de nuevo a correr
empujones, en el metro no se hacen amigos.

Me gusta pensar que me muevo de verdad
y que estos versos de viaje nunca acabarán
que alguna vez te cederé el asiento y la sonrisa
que alguna vez no llevare cascos ni escribiré absorto,
en la maleta me faltan dos conceptos, mujer, Madrid.

Pinturas Volumétricas, Joaquím Falcó

Desde el pasado día 6 de Abril, hasta el 20 del mismo mes, el artista catalán Joaquím Falcó expone en la Galería Emma (Emoción&Madrid) situada en la histórica Calle Santa Isabel, a pocos pasos del museo Reina Sofía, su último trabajo, Pinturas Volumétricas. La exposición, que está abierta al público de forma gratuita, muestra 25 obras creadas por el artista catalán en estos últimos 5 años.

Si algo destaca sobre manera de la exposición y llama la atención de cualquiera solo con mirar a cualquiera de las obras es el uso de los materiales. Rompiendo con la idea clásica de arte y con sus dimensiones, Falcó busca dar un giro de tuerca a sus obras figurativas buscando, con el uso del relieve, una tercera dimensión que llame la atención al público. El tratamiento de los materiales es exquisito buscando destacar solo lo que el artista quiere y acompañando a estos relieves con unos colores llamativos y empastados que doten de más fuerza y proyección a la obra.

Es fácil para un visitante inexperto o simplemente para alguien que no se lo espere, perder el sentido de la obra al buscar una visión demasiado cercana de la misma. El verdadero secreto de los cuadros se capta con la distancia, es desde un punto de vista alejado desde donde de verdad el cuadro te envuelve y puedes disfrutar de los matices de las obras.

Además de esta ruptura dimensional Falcó muestra de nuevo como en otras de sus obras el gusto por el Pop Art con los motivos que representa. De nuevo hace arte con artículos banales de la sociedad de consumo como una botella de coca cola, un teléfono o una bombilla. Las posibilidades que le dan el uso de estas nuevas texturas ayudan al artista a llevar el Pop Art a un escalón más alto con una profundidad que hace aún mucho más llamativa cualquier pintura.

REPETIRSE

Estoy seguro de mi repetición
de que ya tallé estos olmos
y que sentí este duro callar,
el paladear sin pronunciar

Me leo y veo que me recreo,
con mas barba, con mas pelo,
pero con los mismo sentimientos,
como la vida del condenado Don Juan.

Tengo la sensación de saber lo que pasa.
Como el soldado 
en una tarde que huele a pólvora,
como el perdido 
cuando se vuelve a emborrachar.
Tengo la sensación de volver a empezar.

Quiza sea un pago por la primera copa
que el destino me convida a la borrachera
buscando hacer las paces temporales
hasta que sin pagar se vuelva a largar.

Repitiendo de nuevo me repito. 
Como un mal plato 
o un buen chorizo
como un feo sueño 
o un eterno beso
como una leyenda de Béquer 
o un poema vanguardista.

Y solo me queda rebobinarme
que el baile continua 
aunque tenga la misma base.
El paso me pide seguir con la actuación
y desvelar si esta vez no es triste la canción