jueves, 15 de agosto de 2013

LA VERTICAL

Tenía una sueño en el que cantábamos, juntos,
La Fuga, sin importar mucho sus letras,
mientras, bebíamos cerveza a cada palabra que dudábamos
pero yo no cumplía y me quedaba pensando en la "verticalidad"
en la maltrecha, frágil y olvidada "verticalidad".

Es costumbre en mi cama que los sueños que acaban
acaben mal, los que van bien se me cortan a la mitad.
Por eso me gustó lo de poder soñar despierto
ahí elijo yo cuando se acaba el sueño
aunque suelo perder más.

Este acababa fatal para variar, con el tercio medio vacío,
la mirada caída mirando un sucedáneo de suelo adoquinado,
música de discoteca y su extraña sensación de soledad.
Y claro como era un sueño, entrecortado, demasiado rápido.

Después de dejarte marchar por enésima vez
se me quedó de compañera mental la "verticalidad"
jodida, rota y desquebrajada la dichosa "verticalidad",
como la columna dórica de Frida Khalo
como los cimientos de esta podrida sociedad.

Se quedó a hacerme compañia la verticalidad y
el recuerdo de tu golpe mortal de necesidad.
Ese golpe que había dolido igual o más que tus besos
que me dejó a botellín y medio de dormir en la acera.
Suerte que sin ti me da vergüenza seguir bebiendo.
Me tocó lidiar con hibuprofeno, versos y mucho sueño.

Debió ser duro todo para volverte a soñar,
tanto que no se seguro si estaba durmiendo
pasó tan rápido y alcoholizado que
por más que lo intentó ni yo me lo explico
ni tu dejas de tenerme miedo.


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