lunes, 9 de junio de 2014

NO TENGAS MIEDO A LOS FINALES

Que la vida es una putada lo sabe hasta el apuntador,
que nuestro papel se acaba cuando baja el telón, eso es relativo.
Una cosa es que nosotros no podamos decidir el colofón
y otra es que no podamos seguir cantando en otro escenario.
No tengas miedo a los finales, corazón, que son solo eso, finales.

No, no lo hagas, no se lo permitas a nadie,
no aceptes que alguien te obligue a acabar algo.
En este mundo de la libertad encadenada,
tenemos que luchar por nuestra dignidad hasta en los finales.
Tenemos el derecho, y el deber, de decidir cuando y como pasamos página.

Donde se mueren los castillos de arena,
donde dejaron de vivir hace tiempo los moderados,
ahí nos quedaremos bailando, hasta que el sol nos obligue a claudicar.
Pero que no nos digan que no hemos querido destrozar el calzado
que no haya dios que nos pueda echar en cara que no nos hemos comido el alma.

Se que pensarás que en que maldito momento te pusiste a soñar,
que que bruja idiota te vendió este paraíso sin mencionar el final,
quizá ahora no haya forma de que dejes de llorar.
Pero en unos días lo entenderás, verás que hemos combatido el tiempo
estarás orgullosa de esta dura batalla, y notarás que has ganado.
Porque habrás olvidado palabras como distancia o adiós,
heridas de perdedores.
El miedo a la soledad,, a las cosas difíciles, es solo un fantasma,
para quien siempre ha tenido miedo a volar.

Y, entre tanto, yo te seguiré mirando desde cerca, como siempre he hecho,
te seguiré ojeando, tramo a tramo, como cada mañana en tu cama.
Aunque ahora lo haré a unos pasos, pensando, con los ojos cerrados.
-joder que privilegio poder soñar con algo que he tenido con los ojos abiertos.-
Sonreiré mientras te duermo, ahí está la prueba de si has querido algo,
que cuando no está lo sigues soñando.

Permíteme señorita que crea más en los sueños que en las pesadillas,
que crea que vale más un corazón que 30 litros de gasolina.
Déjame que, a pesar de todo, piense que vales la pena,
que vale la pena dedicarte 600 kilómetros más que al resto.
Acepta que te regale unas rosas con más carreteras que paseos.
Date la oportunidad de creer que esto solo es un momento
permiteté no tener miedo a los finales.

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