martes, 7 de enero de 2014

SUPONGAMOS QUE ME HE MARCHADO

Piensa por uno de tus instantes,
pero piensa de verdad, no como de costumbre,
que la vida se ha vuelto loca
y me he marchado, con el traje de los viajes largos.

Supongamos que me he marchado,
y te das cuenta porque no he mirado atrás
cuando me calé el sombrero de los daños.
Solo me lo aprieto bien cuando estoy lejos de ti,
contigo los daños me pegan todos en la cara.

Entonces de repente he cogido un avión de Nunca Jamas
y me he ido a la tierra de los corsarios.
El único lugar del mundo donde no llega el whatsapp.
De repente he desaparecido de tu vida y te he dejado.

Imagina que después de tanto, tan poco me ha costado,
que todo el castillo de naipes de tus amores rutinarios
se destruye volando en uno de esos aviones de paso,
de los que venden colonia y son fríos como los años.
Imagina que toda la confianza en la seguridad del sistema
se te ha esfumado de un plumazo.

No seria bonito dejarte tan sola,
pero si necesario, para que nos entendamos,
para que redescubras el poder del llanto,
y de la distancia en el corazón.
Para que veas lo que te espera
y no esperes a lo que veas.

Por un momento, supongamos que vives,
y que te has dado cuenta que me he largado,
que no se ni cuando volveré, ni si me ha costado.
Supongamos que eres de esas que existen de verdad
y no vive en el mundo de aceptar lo que te han dictado.

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