lunes, 17 de marzo de 2014

HAY MIL FORMAS DE SEGUIR VOLANDO

Que te parece si, entre estas nubes,
las que nos cubren cuando decidimos perdernos.
Que te parece si hacemos un trato,
pintado con maletas de mano, ojeras y poco sueño.

Aquí, a diez mil pies de alto, en el pájaro metálico,
donde los sueños están por encima de los duelos ahogados.
Aquí podemos negociar una paz de altura
en aires sin tierra, patria ni bandera,
aires que no son da nadie.

Mi propuesta iría encaminada a seguir guerreando,
tanto, que podamos patearnos el mundo a saltos,
que de odiarnos nos sobren las noches de descanso
que nos de por amarnos en las fronteras
entre ejércitos de souvenirs y una vida en fotografías.

A cambio puedes pedirme lo que quieras,
incluso con los oídos taponados y los asientos estrechados.
Pídeme que te guíe con los planos del fin del mundo
que me deje hacer todo lo que el cielo jamas ha volado.

Vamos a abrir las escotillas del muro del vacío
encontrar lo que la humanidad creó para quedarse escondido,
vamos a regalarnos, con los labios, horas de jet lag.
Porque hay mil formas de seguir volando,
pintemos detalles en el horizonte difuminado

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