lunes, 3 de marzo de 2014

EL ROCE DE TUS LABIOS

Aprendí a vivirte desnudo
sin ninguna protección, sin arma cortante,
a jugarme todo a tus dudas,a darme de palos.
Aprendí a ser ese gilipoyas ese
el que no se roza con tus labios.

Me vi encantado de darte mi vida, a precio 0
a 200 por hora, sin frenos con tus besos.
Y me dio por pensar, que quizá me querías,
por pensar que quizá no te reías
del pobre soñador que escribe en servilletas.

De lo gilipoyas que me volví,
hasta deje de llorar de por vida.
Dejé de sentir, de hacer, si no era contigo.
Por ti deje que la vida me desvirgara e culo
sin un solo gemido de dolor.

Por suerte deje de beber boca abajo
y dejaste de ser un plano contrapicado
para ser solo una resaca emocional.
Pasaste a ser un trago más de mis daños.

Aun se me resisten los domingos,
desde que te fuiste ya no salgo
Aun no he aprendido a volver al cine solo,
y menos a ir a ese teatro perfecto del centro.
Te has quedado ahí, entre el medio y el dolor
como las vivencias esas que te marcan de por vida
como eso que se convierte en destrozarnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario