lunes, 2 de diciembre de 2013

A PIE CAMBIADO

Mientras la cerveza burbujea me doy cuenta,
La noche está estrellada y tiembla el lucero. 
Que la vida (casi) siempre me pilla a pie cambiado,
(casi) nunca me funciona eso de los reflejos vitales.
Me quedo tirado en la cola del ropero.

La cazuela empieza a cocer y lo veo,
que ya el tener yo es más ortera que llevar hombreras,
que me quedé en el almacén de un outlet poligonero
- un lugar de esos de los que ya no se sale -.

Me doy cuenta que ya nadie se queda frente al espejo,
que la gente no se aguanta, o no se quiere, o se odia,
que soy de los pocos que aun mira a los ojos,
de los pocos a los que aun les gusta pagar por leer.

Es fácil que la vida te pille a pie cambiado, 
cuando lo tomas como un reto sin marcha atrás,
es normal que de vez en cuando la velocidad te haga tropezar.
Disidente de una resistencia dictatorial con la guerra perdida,
maqui que se echa a la montaña libertad
para retar desde allí al ejercito comandado por el destino

Mientras hago méritos para llevarme esa sonrisa a casa,
me cuestiono si no estaré ya viendo gigantes en los molinos,
si lo que me cuento pasa de ser una novela de caballería
si lo que te digo tiene más objetivo que el de tener vía libre
para salir de tu cama.

Mientras receno lo decido, yo me quedo así.
Prefiero tener gigantes que luchar y monstruos que vencer,
cobras que hacer y recibir, prefiero luchar por ti.

Pasar los domingos escribiéndote,
sabiendo que esperas una buena poesía
que te dure todo el desayuno del lunes.

Que yo nací para domesticar los vientos
aunque acabaré izando velas y que el mar me lleve.
Llegar a mi pequeña Ítaca donde mi Penélope me espere
Y que la vida me pille como debe, a pie cambiado.

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