martes, 25 de febrero de 2014

NO ME SOBRA LA POESÍA

Crees que no haces mal
cada vez que te marchas de mi cama
por donde nunca has venido.
Sonríes por no haber perdido,
y te pones la ropa que jamas te habías quitado.
Siempre has creído que me sobra la poesía.

De nuevo te disfruto por detrás, y así te dibujo,
nunca tuvimos huevos de mirarnos a los ojos.
Nos peleamos tanto que nos dolía el corazón de amarnos
sangrando a estrofas lo que no está versado.
Llegué a tener por antología un banco de poemas
y por bolígrafos el botiquín vacío de tu alma.

Pero tus contornos nunca se olvidan,
igual que no olvido la baldosa que no pisabas,
o el zig-zag de tu culo obligándote a no acercarte.
Siempre hiciste lo que te salió del alma
pensando que eras la única que, en esto, algo se dejaba.
A ti, las balas, te impregnaban de humo,
a mi, me manchaban las paginas.

Siempre creíste que por poesía no acabaría nada,
que comeríamos a base de jodernos la mente,
y ya me imaginaría yo la cama, con mis ganas. 
Pensabas que a los cojones no les ganaban las palabras.
Equivocada estabas suponiendo que por tetas
tenías ganada la guerra sin batalla.

Ahora te vuelves a no acostar en mi cama,
donde tampoco amaneces nunca.
Lo haces para simular(te) que no duermes sola
con la almohada.
Todo para no rozarte el sentido,
ese lugar donde yacieron muchos humanos
de placer,
y no conoce hombre alguno.

Nunca creíste que de pelear nos mataríamos
que pasaríamos de amor a dentadas
a desangrarnos por los labios.
Por egoísta nunca te diste ni un descanso,
no te permitiste no pensar en ti,
confiando en que, cuando a ti se te acabaran las fuerzas,
a mi me sobraría la poesía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario